Entre los compositores más destacados de la música clásica, existen algunos que pasan un poco más desapercibidos para la cultura general (que no para los verdaderos amantes de este género). Sin embargo, esto no significa que su legado haya sido menos importante ni talentoso. Entre alguno de estos creadores, destaca la figura de Joseph Hadyn.
Conocido como el «Padre de la Sinfonía», en el artículo de hoy queremos hablar sobre él y sus creaciones, poniendo el foco de atención en su maestría y los aportes que hizo a la música clásica, explorando tanto su vida personal para entender su contexto, como sus contribuciones que aún hoy en día podemos calificar como obras maestras. Comenzamos.
Un empiece musical
Franz Joseph Hadyn nació el 31 de marzo en Rohrau, una pequeña localidad en Austria. Como muchos compositores clásicos, Hadyn demostró desde bien pequeño un talento innato para la música, algo fomentado por su familia a pesar de su pobreza. Ninguno de sus progenitores sabía leer música, sin embargo, su padre fue un gran entusiasta músico folclórico y aprendió a tocar el arpa de forma autodidacta.
Por ello, sus padres se dieron cuenta de que tenían que potenciar ese talento innato y que en su pueblo no tendría posibilidades de tener una educación musical adecuada. De esta manera, aceptaron la proposición de su pariente, director de la escuela y maestro del coro en Hainburg, para que Hadyn aprendiera en casa y practicara como músico.
El compositor comenzó a tocar diferentes instrumentos, pero también empezó a destacar como corista en la iglesia. Esta habilidad atrajo la atención del maestro de capilla de la Catedral de San Esteban de Viena, por lo que le hizo pasar la prueba de audición con éxito. Hadyn permaneció allí nueve años más, aprendiendo teoría musical y composición musical.
Al llegar a una edad más adulta fue despedido de este coro al no llegar más a los tonos agudos, lo que le dejó en la calle. En este tiempo fue encadenando diferentes trabajos y formándose aún en teoría musical.
Su trabajo en la corte de los Esterházy
En 1761, Hadyn comenzó su servicio como maestro de capilla en la corte del príncipe Nikolaus Esterházy. Con el tiempo, además, ascendió de puesto, lo que conllevaba la responsabilidad de componer y dirigir música para la familia del príncipe.
Durante su tiempo en la corte Hadyn tuvo la libertad y el apoyo financiero para finalmente poder desarrollar su estilo y probar nuevas formas musicales, algo muy beneficioso para los compositores de música clásica.
La innovación de Hadyn
Entre sus creaciones innovadoras, destaca especialmente su trabajo en el género sinfónico. En su tiempo. la sinfonía era una forma musical principalmente sencilla, pero Hadyn la transformó para darle su toque personal y enriquecer este tipo de obras.
Así, compuso un total de 104 sinfonías, teniendo cada una de ellas su propia personalidad y toque especial, algo muy remarcable en su carrera. De esta manera, el creador introdujo nuevas estructuras y desarrolló el uso de los instrumentos de la orquesta.
Sus cuartetos de cuerda
Otra faceta importante en su legado fue la contribución de Hadyn en sus cuartetos de cuerda. Compuso 68 cuartetos de cuerda, que se convirtieron en una referencia para compositores posteriores. Estas obras exhiben una sofisticación técnica y una profundidad emocional que fue innovadora en su época. Haydn utilizó los cuartetos de cuerda como un medio para expresar sus ideas más personales y experimentar con la interacción entre los instrumentos.
Influencia y reconocimiento
El impacto de la música de Joseph Hadyn y el impacto que sus creaciones y descubrimientos tuvieron en la música clásica fue mayúsculo. Estas innovaciones fueron tenidas en cuenta por genios como Mozart o Beethoven. De hecho, Haydn fue el maestro de Beethoven durante un breve período, y la influencia de su mentor se puede percibir claramente en las sinfonías y cuartetos de Beethoven.
Sin embargo, y a pesar de este talento, Haydn pasó gran parte de su vida en relativo anonimato. Solo a medida que iba siendo más mayor su trabajo recibía esta aclamación y se reconocía su aportación. En su último viaje a Londres, fue recibido como una figura de renombre y se convirtió en una celebridad, siendo reconocido por sus logros y contribuciones a la música clásica.
Obras más famosas
Sus composiciones abarcan una amplia gama de géneros, desde sinfonías y cuartetos de cuerda hasta oratorios y música vocal. Entre ellas, podemos encontrar:
- Sinfonía No. 94 en Sol mayor, ‘Sorpresa’
Esta sinfonía es conocida por su segundo movimiento, en el cual Haydn incluyó un sorprendente acorde fuerte después de una sección tranquila, para despertar al público y mantener su atención. De hecho, este asombro que provoca es el que da nombre a la obra.
- Los cuartetos de cuerda Op. 76
Este conjunto de cuartetos de cuerda es considerado uno de los puntos culminantes en la carrera de Haydn en este género. El Cuarteto de Cuerda No. 3 en Do mayor, conocido como «Emperador», es especialmente famoso por su segundo movimiento, que presenta variaciones sobre el himno «Dios salve al Emperador».
- Sinfonía No. 101 en Re mayor, ‘El reloj’
Apodada «El reloj» debido al tic-tac rítmico en el segundo movimiento, esta sinfonía es un ejemplo magistral del estilo sinfónico de Haydn. Su uso creativo del ritmo y la orquestación hacen de esta obra una de las más conocidas de su repertorio.
La Creación
Por último, hablamos de ‘La Creación‘, que algunas personas declaran que era la obra favorita de Hadyn. El oratorio está compuesto de tres partes que incluyen 34 números. Las dos primeras partes, recogen 28 números agrupados en seis días, en los que, según cuenta la Biblia, se tardó en crear el mundo. Los 6 números restantes, corresponden a la tercera parte en la que se centra la alegría de Adán y Eva en el paraíso terrenal del Jardín del Edén.
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